El linaje de Jesús, canal Historia
El ADN de Jesucristo
Según la opinión de muchos, Jesús es la persona más importante que ha vivido en toda la historia.
Su predicación dio nacimiento a una religión que hoy en día es compartida por un tercio de la Humanidad.
Pero su vida, transcurrida hace casi 2.000 años, ha dejado numerosas incógnitas por desvelar.
El Genetista George Busby y el pastor Joe Basile, un hombre de Ciencia y otro de Fe, intentan comprobar si con los recientes avances en el estudio de la genética es posible analizar los genes de Jesús y comprobar mediante un estudio genómico si existen aún hoy descendientes de la familia de Jesús.
La Sangre de la Sábana Santa
En la catedral de Turín se encuentra la Sábana Santa, una tela de 4’30×1’10 metros en la que se supone que el cuerpo de Jesús fue envuelto después de la crucifixión, y en la que se han impregnado manchas de sangre de las numerosas heridas que sufrió.
La Sábana Santa ha sido analizada dos veces, en 1.977 y 1.985. Los análisis parecieron demostrar que tenía un origen medieval, de al menos 1.200 años después de la crucifixión, pero algunos investigadores opinan que las muestras fueron tomadas de un borde de la tela que había sido remendado para reparar unas quemaduras que se habían producido hace siglos y por tanto la datación corresponde al remiendo, no a la factura original de la tela.
Atendiendo a un posible origen medieval de la Sábana Santa, algunos historiadores la han relacionado con Jacques de Molay, Gran Maestre de la Orden del Temple, que en 1.314 fue torturado de forma similar a Jesús. Suponen que la combinación de ácido láctico, sangre y el incienso usado para blanquear la Sábana pudo fijar su imagen de forma indeleble en la tela.
La sangre de las manchas de la Sábana son del grupo AB, que en Europa sólo tiene el 3% de la población pero que es mucho más habitual en Oriente Medio.
La Familia de Jesús
¿No es este el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, y de José, y de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas?
Marcos 6,3
Según los evangelios, Jesús tenía una numerosa familia, y aparte de sus hermanos también era primo segundo de Juan Bautista.
En el año 2.010 se encontró, en las ruinas de una iglesia búlgara del siglo V, una caja conteniendo varios huesos que, según la Iglesia, pertenecían a Juan Bautista.
La datación por Carbono 14 reveló que la fecha más probable de la muerte del sujeto fuera sobre el año 30, y un análisis genético permitió deducir que se trataba de un hombre del cercano oriente.
Los fragmentos están conservados en la Iglesia de San Jorge, en Sozopol, Bulgaria. Se ha intentado secuenciar el genoma de los huesos pero en un primer intento se comprobó que las muestras habían quedado contaminadas y en realidad se secuenció el ADN de uno de los investigadores.
Los Clavos de Cristo
Hasta 1.968 no existía ninguna prueba física de una crucifixión. Todo lo conocido estaba basado en testimonios bíblicos o históricos.
La Biblia sólo menciona la crucifixión de Jesús y los dos ladrones, pero otros relatos históricos mencionan que la crucifixión en Jerusalén era muy habitual. Era un castigo que los romanos aplicaban con frecuencia y en ocasiones eran bastante numerosas.
La cruz se convirtió en un símbolo del cristianismo a partir del siglo II y conforme el mito se iba agrandando también lo hacía la cruz que era representada en pinturas cada vez más alta, con los espectadores mirando cada vez más hacia arriba.
Los pintores y escultores religiosos representaban a Jesús crucificado con clavos a través de las palmas de las manos y un único clavo atravesando los dos pies por el empeine.
En 1.968 se encontró la primera prueba física de una crucifixión, un hueso atravesado por un clavo.
El hueso no correspondía a las palmas ni al empeine, sino que era el talón de un pie.
Ese y otros hallazgos mostraron que los pies eran clavados al poste por el talón, en posición lateral, cada pie a un lado del poste.
En las manos no se atravesaban las palmas sino las muñecas, y no desde delante, sino desde atrás, con una tablilla de madera con la que, al morir el reo, se pudiesen recuperar los clavos.
El profesor Israel Hershkovitz opina además que no solían utilizarse dos postes en forma de cruz, sino más bien en forma de X, lo que resultaba más manejable ya que podían clavar al reo en el suelo y después elevar la X con facilidad para apoyarla en una estaca vertical o un muro.
Se han encontrado muy pocos clavos asociados a crucifixiones, el hierro era valioso y los verdugos solían recuperarlos y reutilizarlos. El encontrado en 1.968 está con la punta torcida por haber chocado con un nudo de la madera y seguramente el verdugo no pudo arrancarlo, gracias a lo cual ha llegado hasta nosotros.
Otros dos clavos fueron encontrados en 1.990 en Jerusalén, en la que se cree que podría ser La Tumba de Caifás, y hay quien sugiere que podrían haber sido los clavos de Jesús que Caifás, arrepentido de haber matado al Hijo de Dios, hubiese querido conservar.
La Tumba de la Familia de Jesús
Los enterramientos judíos seguían un proceso que solía durar un año.
Tras la muerte, el difunto se envolvía en un sudario y se dejaba sobre una losa dentro del sepulcro. Un año más tarde, acabado el proceso de putrefacción, se regresaba para reducir sus restos e introducirlos en un osario con forma de caja de unos 50X30 cm en los que habitualmente se solía grabar el nombre del difunto.
La ciudad de Jerusalén en el siglo I estaba rodeada de numerosos sepulcros y conforme la ciudad ha ido creciendo se han descubierto centenares de ellos con más de 2.000 osarios, muchos del siglo I.
Uno de esos hallazgos, la Tumba de Talpiot, es muy significativo, ya que los nombres grabados en los osarios son en su mayor parte nombres de personas relacionadas con Jesús.
María, Jesús hijo de José, Judá hijo de Jesús, Marianne, José.
Son nombres que eran corrientes en el siglo I, pero el hecho de que en la misma tumba coincidan todos ellos resulta bastante menos probable. Algunos historiadores opinan que no ha sido casualidad, que esa es la tumba de la familia de Jesús y que los restos óseos encontrados en uno de los osarios podrían pertenecer al mismo Jesús.
Pero el hecho de que se mencione a Judá, hijo de Jesús, contradice los Evangelios que nunca mencionaron que Jesús tuviera hijos, por lo que los investigadores no dan credibilidad a la historia y no intentan tomar muestras óseas para realizar un análisis genético.
Lo cual me parece muy mal.
A ver, el hecho de que los Evangelios no mencionen a los posibles hijos de Jesús es debido a que para los evangelistas era un tema sabido y sin importancia. Eso era lo habitual, que los judíos cumplieran el Primer Mandamiento: Creced y Multiplicaos.
Al contrario, si Jesús no hubiera tenido hijos no habría podido leer la Torá en la sinagoga y sí que hubiera sido bastante criticado por sus oponentes.
Y disponiendo de restos óseos para conocer el parentesco entre los difuntos enterrados y confirmar o refutar si los restos del Jesús de Talpiot coinciden con el ADN de la Sábana Santa, negarse a hacerlo me parece un crimen contra la Ciencia.
El Sudario de Oviedo
En la catedral de Oviedo, España, se encuentra un trozo de tela viejo y sucio.
Los custodios de la catedral piensan que las manchas son de La Sangre de Jesucristo y que ese trapo es el sudario en el que se envolvió la cabeza de Jesús tras su muerte en la cruz hasta que se le descendió y se le trasladó al sepulcro.
La historia del sudario puede rastrearse desde el año 740, cuando es mencionado por primera vez al iniciar su viaje por Egipto y el Norte de África hasta España. Allí se exhibió de forma itinerante hasta alojarlo de forma definitiva en Oviedo.
Un análisis del Sudario con las técnicas forenses más avanzadas ha revelado que la sangre pertenece al grupo AB, igual que la Sábana de Turín, y está mezclada con líquido pleural, lo que indica que el difunto falleció por asfixia.
Por desgracia no se ha realizado un análisis genético de la sangre y la Iglesia no autoriza en este momento que se realicen más pruebas.
El Linaje de Jesús
Mientras tanto, en la Universidad de Padua se han completado los análisis genéticos de las muestras de sangre extraídas de las manchas de la Sábana de Turín.
Se trata de ADN mitocondrial, transmitido por línea femenina, y consultando en bases de datos genéticas se reconocen diversos patrones pertenecientes a una rama de población drusa.
Los Drusos son miembros de un antiguo linaje genético insertado dentro de la población semita desde hace al menos 3.000 años. Según sus tradiciones, ya existían como grupo diferenciado dentro de la población judía que vino con Moisés desde Egipto.
Durante dos mil años fueron asimilando algunas creencias de los pueblos con los que convivían, judíos, cristianos y musulmanes, así como algunas corrientes mistéricas y gnósticas. En algún momento adoptaron unas creencias que los diferenciaron de los pueblos que los rodeaban, entre ellas su fe en la reencarnación.
A partir de hace unos 1.000 años sufrieron persecuciones religiosas y optaron por cerrar su religión. Desde entonces no admiten matrimonios mixtos, por lo que los genes que los identifican como drusos se han mantenido inalterables en la población.
Su población es de poco más de un millón de personas y muchos viven en la zona Norte de Israel, cerca de Nazaret, donde vivió Jesús.
El análisis genético de dos miembros de la población en el pueblo de Isfiya, entre Haifa y Nazaret, confirma que comparten ese rasgo genético mitocondrial con el hombre de la Sábana.
De alguna forma Jesús estaba emparentado con los drusos actuales.
Es posible que algún miembro femenino de la familia de Jesús, o alguna de sus descendientes, ingresara en algún momento por matrimonio en una familia drusa.
O, quizás más probable, que tal vez María o alguna de sus ascendientes, procediera de una familia drusa.
Muy agradecida por esta visión del linaje de Jesús. Mi Padre celestial lo enviara por segunda vez ,para que proclamemos el amor verdadero hacia su hijo bien amado,que traerá la paz y misericordia . Gracias por sus investigaciones que comprueban que Jesús se hizo hombre para vivir en carne propia las injusticias ,las pobrezas y atropellos a la dignidad humana , .Ël vive en todos los hombres que tienen fe. con afecto.
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